El pasado mes de abril tuvimos la gran oportunidad de recorrer este fantástico país de Asia central.
Reconocido por la belleza de sus mezquitas y mausoleos, cabe destacar su intrínseca vinculación con la famosa Ruta de la Seda, la antigua línea comercial entre el Mediterráneo y China.
En esta ruta se ubican sus tres ciudades oasis: Khiva, Bukhara y la más reconocida y mágica, Samarcanda
Uzbekistán es un país que nos ha sorprendido en mayúsculas, además de su innegable belleza monumental, por ser un país tranquilo y muy seguro, con una población encantadora de carácter multiétnico, que representa sus orígenes en su artesanía, sus costumbres, su comida y en la sonrisa y gran amabilidad de su gente.
Tashkent, la capital
Su nombre significa Ciudad de Piedra, pero no es tan atractiva o interesante como los otros puntos del recorrido. No tiene el valor histórico que encontraremos en las otras ciudades, pero representa la puerta de entrada al país y es el centro económico y cultural, merece dedicarle un día.
Khiva, un museo al aire libre
Es una ciudad pequeña y totalmente amurallada que conserva en sus construcciones de terracota y azulejos, el espíritu de cómo eran estas ciudades oasis en la antigüedad.
Un perfecto ejemplo de las poblaciones a las que llegaban las caravanas después de atravesar desiertos. Está declarada Patrimonio de la Humanidad.
Bukhara, la ciudad Santa
Bukhara, junto con Samarcanda, es una de las dos ciudades históricas de la cultura uzbeka, a pesar de ser más grande que Khiva no ha perdido el encanto y el misterio de su casco antiguo.
Esta ciudad fue un gran centro de sabiduría en la Edad Media, con muchas escuelas coránicas (madrasas) donde estudiaban alumnos de toda la Asia central.
Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993.
Samarcanda, la perla del este
La más famosa de todas las ciudades, actualmente transformada en una urbe moderna pero que conserva los mejores monumentos del país. Entre ellos la plaza de Registán, que en persa significa “lugar de arena”, es una de las plazas más bonitas del mundo, rodeada de las magnificas madrasas de Ulugh Beg, Sherdar y Tilla-Kari, que forman un conjunto arquitectónico de enorme belleza, ya solo por esta vista impresionante, se justifica el viaje a la ciudad de las mil y una noches.
Si tenéis una semana de vacaciones y os apetece un viaje original que aúne cultura y historia, no os lo penséis, vuestro destino es Uzbekistán.
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