La población de Takayama es uno de esos lugares de visita obligada en un viaje por Japón. Situada en los Alpes Japoneses, en la región montañosa de Hida, la tradición aquí se hace más patente que en otros lugares. Hay mil razones para perderse por estas calles y descubrir una de las culturas más bellas y fascinantes del mundo. Una encantadora población de ambiente tradicional, con un casco histórico intacto y unas calles que conservan todo el atractivo de épocas pasadas. Todo el encanto del período Edo concentrado en unas calles. Aquí encontraremos muchos museos, galerías de arte, un espectacular Palacio del Gobernador (Takayama Jinya), tiendas de artesanía, destilerías de sake (una de las especialidades de la ciudad), las casas de las familias Kusakabe o Yoshijima, etc.
En Takayama vale la pena alojarse en el Ryokan Honjin Hiranoya Kachoan. Situado en las bellas calles de Sanmachi Suji (la ciudad vieja), a unos metros del puente rojo Nakabashi, este encantador ryokan ofrece todas las comodidades que uno necesita. En Takayama todo queda cerca, ya que es una ciudad pequeña y elegir el Ryokan Honjijn Hiranoya Kachoan, es ubicarse en el lugar perfecto.
Dormir en un ryokan supone adentrarse en el corazón de la cultura japonesa. Alojarse en un ryokan durante un viaje a Japón, es una experiencia única y necesaria. La tradición y el esplendor del pasado, impregna cada rincón de un ryokan. El ryokan es un alojamiento tradicional de estilo japonés (podríamos denominarlo como una posada), con suelos de tatami, puertas de papel de arroz, vigas de madera, futones (aunque también los hay con camas occidentales), un servicio exquisito, comida tradicional kaiseki, empleados vestidos con los tradicionales kimonos y un largo etcétera. Vestir una bata yukata mientras dure nuestra estancia, hará aún más auténtica nuestra inmersión. Cada detalle cuenta.
En el Honjin Hiranoya Kachoan, el viajero podrá experimentar la hospitalidad japonesa (omotebashi), con siglos de antiguedad. Su onsen (con sus aguas provenientes de un manantial), su exquisita cocina japonesa (incluída la famosa carne de hida), su servicio impecable y sus 28 habitaciones de estilo japonés clásico, ofrecen al cliente un ambiente perfecto. Algunas de estas habitaciones (dos) ofrecen también una bañera japonesa de madera de ciprés. Esta es una de las tradiciones más viejas de los japoneses y que en la actualidad sigue muy arraigada. Tomar un baño en Japón, no es sólo el hecho de meterse dentro de una bañera con agua caliente, hay toda una serie de normas básicas que se deben seguir para no estropear la experiencia de una actividad milenaria.
A la hora de la cena, uno puede escoger hacerlo en la intimidad de la habitación o bien en el comedor común. La comida, como en la mejor tradición japonesa, varía según la época del año y cambia cada mes. Un menú de más de diez platos, con la carne de hida como plato estrella, hará las delicias de todo aquel que busca la exquisitez de la cocina kaiseki japonesa. Un festival visual y gastronómico con productos de temporada (también toda la vajilla cambia según la época del año), con un montón de pequeños platos que son la máxima expresión culinaria de la cocina japonesa. Cada detalle es importante: la presentación, los adornos, la disposición, etc. Por lo que el plan de la media pensión hace que la experiencia de alojarse en un ryokan, sea más completa y tradicional.
El desayuno, puede ser de estilo japonés u occidental. En el japonés encontraremos sopa de miso, tortilla japonesa, hoba miso (una famosa pasta se germen de soja cocida en una gran hoja de magnolio, sobre un pequeño hibachi puesto en la mesa), arroz, etc. En el occidental, pan, sopa, ensalada, fruta, etc. La elección dependerá de cuanta inmersión queremos tener en nuestra estancia en un ryokan.
Así que ya lo sabéis: si queréis adentraros en el Japón feudal, alojarse en el Ryokan Honjin Hiranoya Kachoan, es un de las mejores maneras de hacerlo. Por su ubicación, su trato, su comida, sus habitaciones y un largo etcétera, el Ryokan Honjin Hiranoya Kachoan es todo un acierto. Un festival de sensaciones os espera en Takayama.
El té de bienvenida es sólo el principio.