Hace unos años tuve la gran suerte de poder visitar las últimas familias de Gorilas de Montaña que existen en el mundo concretamente en el parque nacional de la Selva Impenetrable de Bwindi en Uganda .  

 

Uganda llamada la Perla de África es un país con el 20 por ciento de su superficie cubierta por lagos y  con una gran diversidad y variedad de espacios protegidos.  

 

Desde Kampala y a una hora en avioneta llegue al parque nacional de Murchison falls ( el parque más grande de Uganda)  donde pude observar los Big fives , otra grata sorpresa de esta fabuloso parque son las visitas de las cataratas Murchison también conocidas como las cataratas Kabalega con un desnivel de 43 metros cuadrados hace que su salto de agua caiga violentamente sobre las rocas y su visita sea sobrecogedora.

 

Las gargantas de Kyambura para observar chimpancés , el parque nacional Queen Elisabeth con su increíble vida salvaje  o el canal de Kazinga donde podemos observar hipopótamos, cocodrilos y decenas de aves hace que una vista a esta fabuloso país sea deslumbrante.

 

 LLegó el día que tenía que visitar los gorilas de montaña, me reuní  con los rangers  para escuchar todas las normas que tenemos que cumplir una vez estemos delante de los gorilas , distancia de 7 metros, no tocarlos, no hacer fotos con flash etc etc. Seguidamente en un grupo máximo de 8 personas más los rangers nos pusimos a caminar a través de la impresionante Selva de Bwindi, en busca de los gorilas, después de 2 horas de caminata  por fin estamos delante de ellos, que decir no podía ni respirar de la emoción que tuve, jamás había tenido esa sensación de nervios, excitación e inquietud todas mezcladas a la vez,  al estar delante de un animal salvaje.  

Solo se puede estar una hora con los Gorilas  que transcurre a  una velocidad de vértigo y sólo los centenares de fotos que inmortalizan el momento demuestran que, en efecto, he estado allí una hora junto a una familia de gorilas, uno de los primates más fascinantes, amables y, por desgracia, más perseguidos del planeta. Ya únicamente quedaba la vuelta, con las emociones a flor de piel, todavía con la admiración y fascinación del momento que había vivido y consciente de que esta experiencia me convertía en un privilegiado. Había estado frente a los gorilas de montaña en Uganda.  

Soy un gran amante de la vida salvaje de África pero esta fue sin duda una de mis mejores experiencias . Uganda me emociono y me asombro desde el primer minuto.