Siguiendo con el post anterior donde os hablaba de mi viaje por Perú, puedo deciros sin lugar a

dudas que LA GRAN EXPERIENCIA de este viaje ha sido la expedición amazónica a bordo del

crucero Aria.

Una auténtica maravilla, en absolutamente todos los sentidos.

Un crucero realmente de lujo, con mayúsculas, sin que ello sea sinónimo de ostentación. El

lujo viene dado por un servicio exquisito y totalmente personalizado.

A bordo del Aria, no eres un pasajero más, eres una persona con un nombre propio que

absolutamente toda la tripulación conoce, al igual que conoce tus restricciones y preferencias,

haciendo que te sientas especial.

 

 

El barco es precioso, con una decoración cálida y a su vez con todo tipo de detalles.

La tripulación es excelente y los guías auténticos profesionales, tanto en conocimientos de fauna

y flora, como en dar servicio y mostrar calidez a cada pasajero. 

En pocas horas de navegación,consigues sentirte parte de una gran familia formada por toda la tripulación y el resto de los

pasajeros.

La duración del crucero puede ser distinta, desde un mínimo de 3 noches hasta un máximo de

7. A lo largo del día se realizan distintos desembarques en lanchas muy bien equipadas y muy

confortables, para adentrarse en la selva, navegando por los brazos más angostos del río y

entre manglares.

 

 

El contacto con la naturaleza es total, viendo distintas especies de animales: delfines grises y

rosados, pesca de pirañas, distintas serpientes, tarántulas, decenas de tipos distintos de ranas

de mil y un colores, centenares de especies de aves con plumajes impresionantes, distintos

tipos de monos, sobretodos perezosos ….

Pero no es solo ver animales lo que cautiva al pasajero, sino también adentrarte en pequeñas

comunidades e interactuar con su gente, y sobretodo el paisaje en sí, esos amaneceres y

puestas de sol, haciendo mención especial a todos los sonidos de la selva.

 

 

Sin duda una de mis mejores experiencias jamás vivida!!

Nuria Serrano